viernes, 30 de enero de 2009

Educación para la Ciudanía

Recuerdo que al aterrizar en España, una de las cosas más chocantes para mí fue el hecho de, fuera adonde fuera, tener que presenciar los momentos más íntimos de los jóvenes españoles. Los parques estaban llenos de parejas adolescentes (y no tan adolescentes…) besándose, enrollándose, tocándose, metiéndose mano, gimiendo… en fin, lo más cercano que se puede llegar a un coito, pero con la ropa puesta. No podía entender porqué no se iban a casa.
No tardé mucho en entender los motivos (los padres asumían que su hija fumaba porros, pero no que mantenía relaciones sexuales con su novio).
Pero de eso hace ya 12 años, y la verdad es que las cosas han cambiado bien poco. Los padres siguen sin hablar con sus hijos de educación sexual y siguen tapándose tanto ojos como oidos ante las relaciones sexuales de sus hijos.

Diez años más tarde se empieza a hablar de algo que tiene mucho sentido y que parece que podría abrir una puerta a una sociedad más respetuosa, comprensiva, e igualitaria. Una ley positiva y progresista; La Educación para la Ciudanía.
La materia se empieza a impartir, PERO con derecho a objeción.
Por fin, el 28 de enero, El Tribunal Supremo emite una sentencia que ilegaliza la objeción de conciencia contra la asignatura.

La polémica está servida. En otros países europeos donde tienen la asignatura, no la cargan con opciones ideológicas y La iglesia no se opone, sino es favorable a la misma.
¿Porqué en España, sí?